Esta es la historia de un sueño. El sueño de un emprendedor que a su regreso de la emigración en América apostó por diferentes proyectos, alguno de ellos incluso exótico como la cerveza.
José María Rivera Corral funda en 1906 La Estrella de Galicia, dedicada a la fabricación de cervezas y hielo, nombre que rememora lo que fue su negocio en Veracruz “La Estrella de Oro”.
1906 fue un año de importantes acontecimientos para la historia futura de la empresa: la concesión del Premio Nobel a Ramón y Cajal y la fundación de Aguas de Cabreiroá.
La Estrella de Galicia debe afrontar guerras y crisis que obligan a emprender soluciones de supervivencia y aplicar el ingenio.
En esa época se inicia el cultivo de lúpulo propio como respuesta a la falta de abastecimiento de materias primas.
Durante los felices años 20, el hijo del fundador completa su formación comercial en Hamburgo y es uno de los primeros españoles en obtener la diplomatura de Maestro Cervecero.
Con la segunda generación se mecanizan los procesos de fabricación, una decisión que se afronta en tiempos difíciles pero que será clave para el futuro.
Para ello se adquiere una sala de cocimientos, tinas de fermentación y tanques metálicos para almacenar la cerveza.
Estos cambios permiten atender los aumentos de demanda consecuencia de un proceso de paulatina aceptación popular.
Pero el mundo está en pie de guerra y el negocio sufre sus efectos con una caída en picado de la producción.
Tras el parón general producido por las guerras Civil y Mundial entre 1936 y 1950, la compañía disfruta de una etapa de estabilidad acorde con el nuevo orden mundial.
Con el tiempo, la cerveza empieza a formar parte de los hábitos de los españoles.
La demanda crece y por ello se automatizanla mayor parte de los procesos de producción, desde la elaboración al embotellado, lo que supone el adiós definitivo a los métodos artesanales en la búsqueda de un producto estable de características propias.
Estrella Galicia continúa en los años sesenta con su línea ascendente, la producción alcanza los diez millones de litros.
La tercera generación de la familia Rivera toma grandes decisiones que hacen patente la necesidad de construir una fábrica de mayor capacidad.
En 1967 se tomó la decisión de adquirir terrenos en el polígono de La Grela (A Coruña). A finales de 1968 comenzaron los trabajos de construcción de la nueva fábrica.
Se inauguran las nuevas instalaciones en 1972, cuando se produce el primer cocimiento de la nueva cerveza Estrella Galicia Especial Rivera.
En la antigua fábrica de Cuatro Caminos (A Coruña) se mantiene una cervecería emblemática, en la que hoy en día se sirven casi dos millones de cañas al año.
En 1979 se incorpora por primera vez el formato lata, un método de envasado de cerveza claramente diferenciado que se sumó a la botella y el barril tradicionales.
En los años 80 se completa la oferta de productos y formatos, en respuesta a un mercado cada día más exigente.
La apuesta por el desarrollo del I+D desembocó en la producción de las primeras cervezas extra en 1982, con una presentación más cuidada y unos elevados niveles de calidad que obligarían a introducir silos de fermentación y guarda de tipo troncónico.
En 1988 se produce el lanzamiento de la primera cerveza sin alcohol bajo la marca Estrella Galicia Sin.Elaborada en base al procedimiento de desalcoholización por ósmosis inversa, comenzó a fabricarse en pequeñas cantidades hasta comienzos de los 90 cuando se desarrolló la producción de cerveza a presión sin alcohol, que se presentó en barriles de 30 litros.
La cuarta generación toma las riendas en un momento en el que Galicia se queda pequeña y la compañía emprende la búsqueda de nuevos mercados.
La década de los 90 se caracteriza por el inicio de la expansión en el mercado nacional e internacional, el lanzamiento de nuevas cervezas (1906, River y HR) con formatos más atractivos como la botella longneck o la etiqueta serigrafiada y la primera diversificación en el sector de aguas minerales, participando en Aguas de Cabreiroá (1994).
En esos años, Hijos de Rivera aborda nuevos mercados en el resto de España y Europa y se dan los primeros pasos en Estados Unidos y México a través de acuerdos con distribuidores locales.
Es sólo el comienzo de un proceso de expansión que llega hasta la actualidad.
El nuevo siglo llega con la incorporación de nuevas empresas y marcas al grupo empresarial. Sidra, vino, licores, mosto o sangría se incorporan al portfolio de la compañía a través de la adquisición de empresas como Sidrería Gallega en Chantada (Lugo) o la bodega Ponte da Boga en la Ribeira Sacra (Ourense).
A lo largo de esos años, Hijos de Rivera se constituye como una empresa, no sólo ligada a la industria de bebidas, sino que diversifica su actividad hacia servicios como la distribución, el desarrollo de inmuebles para hostelería (Desymo) y la propia gestión de establecimientos (Giste).
Y al cumplir 100 años, esto no ha hecho más que empezar.
Hijos de Rivera celebra su Centenario, agradeciendo a los consumidores su apoyo a lo largo de todos esos años. Ellos han hecho posible que se mantenga una firme apuesta por la modernidad y la innovación,conservando el carácter propio de una empresa 100% familiar y gallega, con un marcado arraigo y compromiso con la tierra de la que proceden susproductos.
Las celebraciones del Centenario marcan la apertura de una nueva etapa en la que la compañía realiza un gran esfuerzo por consolidar su presencia en los lugares en los que ya estaba así como por posicionarse en nuevos mercados.
Comienza una expansión nacional imparable y, en el ámbito internacional, los productos de Hijos de Rivera llegan a más de 30 países de todo el mundo.
Esta apuesta por los mercados extranjeros se consolida con la creación de modelos de negocio en destino con filiales en Filipinas, China, Japón, Estados Unidos y Brasil.
Son años de reconocimiento en los que la compañía es seleccionada para representar a España en la Expo de Shanghai, entra en el Foro de Marcas Renombradas y sus productos reciben múltiples galardones a nivel nacional e internacional.
Son años de propuestas vanguardistas como Magma de Cabreiroá o La Tita Rivera; se incorpora Agua de Cuevas o la sidra seca Maeloc; se amplía el portfolio de cervezas con Estrella Galicia Light y con cervezas de temporada como Estrella Xacobeo o Estrella Galicia Selección; se consolida la red de distribución con empresas en puntos estratégicos y se estrena el concepto Made-to-Order de la mano de CustomDrinks, que ofrece un servicio de personalización de productos y formatos a la medida de cada cliente.
Una vorágine de actividad que deja patente que aún queda mucho camino por recorrer y que hace necesario reordenar el negocio en torno a una Corporación con una gran diversificación de productos, servicios y mercados. Porque lo mejor siempre está por llegar.